Hoy de nuevo he caído en ese bucle de pensamientos hacia ti.
Ha pasado un tiempo desde que lo hice, lloré hasta dormirme esa vez. Le grité a Dios por llevarte de mi lado, le reclame por haberte hecho sufrir... supongo que a cambio me condenó a la culpa.
¿Será él aquella estrella que tanto me gusta mirar?
¿Aquella a la que atrae mi mirada a admirar su luz?
¿Será él esa estrella de la que me enamoré cuando la veía reflejada en sus ojos?
Mi único consuelo es que finalmente se ha reunido con el ser que tanta felicidad me trajo, aquel que me impulso a escribir.
Mi pequeña musa, mi pequeña esperanza, mi pequeño minino al que ella dio a luz.
Las marcas en mi piel son lo único que al final me queda de ella. Los momentos en los que fue tan feliz de mordisquearme o porque ya estaba cansada de mi atención hacia ella...
Ya no importan.
Los recuerdos duelen y las cicatrices son un recordatorio de que todo sanara.
Estaremos bien aunque su presencia nos haga falta.