Algunas cosas están bajo nuestro control y otras no. Las cosas que están bajo nuestro control son la opinión, la búsqueda, el deseo, la aversión y, en una palabra, todo lo que son nuestras propias acciones. Las cosas que no están bajo nuestro control son el cuerpo, la propiedad, la reputación, el mando y, en una palabra, todo lo que no son nuestras acciones. Las cosas que están bajo nuestro control son por naturaleza libres, sin restricciones, sin obstáculos; pero las que no están bajo nuestro control son débiles, serviles, restringidas, pertenecientes a otros. Recuerda, entonces, que si supones que las cosas que son serviles por naturaleza también son libres, y que lo que pertenece a otros es tuyo, entonces serás obstaculizado. Te lamentarás, te perturbarás y encontrarás fallas tanto en los dioses como en los hombres. Pero si supones que solo es tuyo lo que es tuyo, y lo que pertenece a otros como realmente es, entonces nadie te obligará ni te restringirá. Además, no encontrarás fallas en nadie ni acusarás a nadie. No harás nada en contra de tu voluntad. Nadie te hará daño, no tendrás enemigos y no serás dañado.
