Ojalá las personas que no saben que elegir, opinar o pensar, las que tiene miedo que la sociedad los reprima o aparte por ser diferente, los que no pueden evitar ser afectados por las palabras, acciones o actitudes de los demás.
Sepan que tienen que levantar la cabeza, para ver a los demás directo a los ojos, desafiárlos.
Tienen que sonreír por más daño que reciban, por qué así demuestran que son fuertes, por qué los fuertes no son las personas con músculos, son las que con una sonrisa encara toda la mierda que pasa día a día.
Tienen que ser como quieren ser sociables, arrogantes, tranquilos, callados, tímidos, inmaduros.
No dejes que los demás te afecten, por qué al final del día, son palabras llenas de veneno que te infecta poco a poco, pero esto crece si tú lo dejas crecer, ignoralos.
Siempre ayuda a las otras personas, la amistad se forma mucho más fácil de lo que se piensa y se puede perder mucho más rápido de lo esperado, pero esto no es motivó para bajar la cabeza.
Nunca bajes la cabeza, no te rebajes, recuerda «Si respetas, te respetan»
No busques tu felicidad, haz felices a los de tu alrededor, recuerda que tienes una familia o por lo menos alguien que te quiere, y por eso hacerles reír de vez en cuando, puede hacerte sentir mejor día tras día.
No dejes de sonreír, por qué lo primero que tienes que hacer luego de llorar, es reír y ser capaz de mantenerla durante toda tu vida.