Es un nudo que aprieta y se expande, que con cada segundo me oprime más y más, sin darme tregua; duele.
No sé, ¿debo expulsarlo o aceptarlo?, lo que sé, es que cada día este vil nudo de sensaciones crece y me carcome, no de una forma sutil, sino desgarradora.
En estas insólitas noches, en la cual mi alma llora, pero que digo ¿insólitas?, no. En estas nefastas y perpetuas noches, donde no encuentro refugio, el llanto no sale, la calma no vuelve y caigo, caigo en un indescriptible mar de dolores... me ahogo, me estoy ahogando, no por el mar, sino por el vasto océano de tristeza que hay dentro de mi. Por esas inmensas olas que amenazan destruir todo, el viento sopla anunciando desastres, y en medio de este frenesí de sentimientos, busco la paz ¿donde está?, dicen que es lo que necesito ¿donde está...?