Max, Chris, Dalton, Charlotte, Diego, Maxwell... ¿están listos?
-—-Adelanto —--
La sangre corre por mi rostro, puedo sentirlo, aún cuando el dolor me adormece y el miedo me paraliza, está allí, avisándome que el presagio comenzó y no puedo detenerlo, no hay marcha atrás.
— ¿Y bien? ¿Cómo se siente?
Mis manos están temblando, mi corazón late con tanta fuerza que puedo sentirlo hasta en mi cabeza golpear.
— ¿Se siente bien? — vuelve a preguntar mirándome con una sonrisa burlona. - Dilo, sé que te mueres por decirlo.
Tomo un respiro, miro por mi hombro y...
—Sí, se siente maldita mente bien.
—Dilo.
Enmudezco.
— ¡Dilo!
—Se siente maldita mente bien matar un vampiro.
Sonríe, le complace el ver que en mis ojos no cabe el remordimiento.
— Así es mi niña, ahora eres toda una Finlay. Mi Charlotte Finlay.
El vampiro yacía muerto, con la misma estaca que mis manos atravesaron en su pecho. Y yo... yo me sentía demasiado bien.