No fue nada, joven Noah. — río al decir lo último —. Creo que me estas hablando demasiado formal, puedes decirme Alanna o como mis amigos me conocen; lanna o lannie. — asintió con una sonrisa —. Ahora que resolví tu duda, cuéntame de ti.
¿De donde soy? Mh.. bueno, soy hija de una mujer surcoreana y un hombre americano; nací en Corea del Sur, pero llevo viviendo la mayor parte de mi vida en Estados Unidos, sin embargo aún tengo presente las creencias de mi madre y su cultura en general. — asintió levemente —. Entonces se podría decir que soy mitad surcoreana y mitad americana. — mencionó antes de reir ligeramente —.
¡Guau! Hace mucho no hacían esas reverencias conmigo, digo, en mi cultura original es normal, pero me eh alejado tanto de mi país que se ah vuelto extraño para mi. En fin, mucho palabreo; háblame de ti, Noah. — respondió con una cálida sonrisa —.