No me tientes, Max, no me tientes. No le tengo miedo a tus golpes. Por supuesto que sí, estás dando siempre besos y abrazos a todo el mundo. Lo había borrado de mi memoria, gracias por traer de vuelta tan bonito recuerdo. No pienso volverla a cantar delante vuestra ni aunque me paguen, eso está reservado para Suzie. No tengo ni idea de dónde están los demás, pensaba que ya estaban por aquí. ¿Se les habrá tragado la Tierra?