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creía saberlo, pero estos últimos 
          días no estaba seguro, le estaba 
          dando muchas vueltas, la verdad.
          —soltó un largo y pesado suspiro 
          y la miró, y entonces sus pensa
          mientos negativos se fueron; ya no
          pensaba en si hermione merecía algo
          más que él o si no podría hacerla lo 
          suficientemente feliz. lo que más le
          asustaba de todo aquello era que 
          la castaña podría romper su corazón 
          en cientos de trozos, y aún así esas
          piezas rotas seguirían latiendo por 
          ella. porque sí, no podía sacarse a
          la de pelo rizado de la cabeza aunque
          quisiera. su lengua se trababa, sus pala
          bras se quedaban atrapadas. después 
          su mirada bajó hacia sus labios, eran
          rosados, suaves e irresistibles. se moría 
          por probarlos de nuevo. era casi como
          una necesidad. su beso había sido 
          imperdible. ahora se sentía débil, vulnerable,
          pues acababa de sincerarse con su ahora
          pareja, le había dicho que la quería, y ese
          acto de valor era muy importante para él.
          no quería ser un novio muy cursi, pero tam
          poco quería ser borde, no quería atosigarla o 
          molestarla con mimos y caricias constantes
          pero tampoco quería ser un repelente y no
          acercarse a ella. ¿cómo se suponía que debía
          actuar a partir de ese momento? solo había
          tenido una relación en toda su vida y hubiera 
          preferido cortarse el cuello antes que volver
          a repetirla. ¿debería invitarla a una cita? ¿ella
          querría tener una cita con él acaso? podrían 
          hacer cualquier cosa que la chica deseara,
          pues él sería capaz de bajarle la luna si ella
          se lo pidiera—. ¿te gustaría que fuéramos a
          honeydukes o a la taberna de las tres escobas?
          podría invitarte a comer, como una cita. nuestra
          primera cita como pareja. —sabía que había
          dicho todo aquello con una velocidad pasmosa,
          y si hermione le había entendido sería un 
          milagro. aún así no podía ocultar su sonrisa de
          tonto enamorado mientras lo decía—.

¡buenos días, tía herms!

—quería olvidarse del tiempo a su
          lado. ellos consiguieron sus cica
          trices en el mismo lugar, sus recu
          erdos más felices y más dolorosos 
          eran junto a hermione, siempre lo
          serían. la castaña tenía que creerle,
          ¿acaso no veía todo lo que significaba 
          para él? vivía para ella, estaba perdido
          en la luz de sus ojos. que no le dejara
          ir, solo pedía eso. el tiempo era irrelevante
          cuando no la veía. quería llorar de tan solo
          imaginar que se iba. el verano y las mariposas
          pertenecían a su creación. todo lo que hacía 
          era quererla. el pelirrojo quería ser el que
          provocara el fuego en esos ojos, quería sal
          varle la vida, porque su amiga sin pretenderlo
          había salvado la suya. todos necesitaban algo,
          y ron necesitaba a hermione. le juraba que jamás 
          la decepcionaría. todo lo que le hacía sentir 
          aquella chica era demasiado, demasiado fuerte,
          demasiado intenso. cuando le había dicho que
          sí una euforia desconocida hasta entonces para
          él se apoderó por completo de su cuerpo. 
          había encontrado a la chica de sus sueños y 
          amarla podía ser un crimen. sus corazones 
          latían al unísono, ahora sabía que no solo era
          el de él el que se aceleraba al estar cerca suya—.
          jamás pensé que alguien como tú pudiese
          sentir esto hacia mí. para ser honestos siempre
          pensé que te gustaba harry. —admitió cabizbajo,
          avergonzado por sus anteriores creencias—.
          pero la verdad es que te quiero, hermione. 
          

hermione, linda noche. 

—¿estaba dormido, estaba despierto,
          quizás estaba en algún punto intermedio?
          aún le costaba creer que había probado
          los labios de su mejor amiga, y que ahora
          ella le estuviera diciendo que estaba 
          enamorada de él, todas esas noches sin
          dormir pensando en qué hacer con sus
          sentimientos habían valido la pena. no
          se avergonzaba de decirle al mundo que 
          estaba verdaderamente, locamente, 
          profundamente, totalmente enamorado.
          y de alguna forma ella derribó todas sus
          barreras, ojalá siempre estuviera ahí.
          esperaba no ser una casualidad, esperaba
          que ella no dijese de repente que era una
          tontería enamorarse de alguien como él.
          a lo mejor no significaba tanto para ella,
          pero para el pelirrojo lo era todo. se
          estaban arriesgando, sin embargo él
          sabía que estarían bien. su mano encajaba
          perfectamente con la de ella, sus brazos
          fueron hechos para abrazarla. amaría 
          eternamente cada pequeña parte de ella,
          estaba enamorado de todas esas cosas
          pequeñas que la hacían ser hermione.
          estaba destrozado, cegado porque la
          castaña era lo único que veía, estaba
          asustado porque sabía que se rompería
          si alguna vez su amada le apartara de su
          lado, ella le había salvado, y si se iba se
          terminaba todo. se sentía débil cuando no
          estaba a su lado, la de cabello rizado le
          hacía fuerte. y haría cualquier cosa por
          salvar lo que fuera que llegasen a tener,
          haría cualquier cosa por hermione. lo
          sentía si decía que la necesitaba, pero
          no le importaba, no le temía al amor—.
          me gustaría mucho que estuviésemos 
          juntos, pero la verdad es que no sé.

por algo tuviste que
          estar en gryffindor ¿no?
          el valor para hacerlo 
          es impresionante 
          viniendo de ti, ¡diez 
          puntos para gryffindor 
          porque hermione beso 
          a ron! o mejor cinco. 
          sí,pero..nada déjalo no
          es importante.

tía,en resumen se 
          besaron se comieron 
          la boca y bla bla bla,
          me alegro tanto por 
          que por fin hayan dado
          el primero paso. sí, el
          no es como su padre, 
          es una persona muy 
          alegre, positiva, feliz 
          y lejos de mi alcance. 

—sentía que el corazón le había dejado
          de latir cuando los labios de la castaña 
          se separaron de los suyos. aquel beso
          le había acelerado tanto el pulso, le 
          había hecho sentir tan vivo que la caída
          fue casi inmediata, pero como siempre,
          allí estaba ella de nuevo para levantarlo
          con esos ojos cafés tan característicos.
          ya no tenía miedo de afrontar la verdad,
          pues de cierto modo ya lo había hecho. 
          solo faltaba saber qué vendría después.
          con aquel beso había llegado la calma,
          se había ido el dolor, ese beso ganó una
          guerra a su favor. algunos besos salían
          del alma y otros del corazón, y la magia
          es que en su boca había encontrado los
          dos unidos en uno. no pudo evitar soltar
          una risa después de abrir sus ojos azulados
          para observar a la castaña. en realidad 
          quería saltar de alegría, pero no lo hizo.
          estaba temblando, deseando poder jurarle 
          mil promesas, meterse en el juego del amor
          y ganar, salir victoriosos. su corazón esta
          ba perdiendo la cabeza ya que se había
          dado cuenta de que había caído ante sus
          pies. siempre que la miraba no sabía muy 
          bien qué decir, y ese caso no era la 
          excepción—. soy un tonto pero me gustas,
          hermione. en realidad puede que esté 
          enamorado de ti, pero más del pollo. —alzó
          una ceja, ¿en serio acababa de decir eso?
          esperó no haber sonado demasiado
          ridículo intentando parecer gracioso para
          quitarle seriedad al asunto. la miró espe
          rando con ansias una reacción, una res
          puesta por su parte—.

—su corazón dio un vuelco al sentir
          los labios que tanto deseaba sobre 
          los de él. y en esos momentos todo
          se presentó con una claridad cegadora:
          llevaba años enredado en sus manos, en
          su pelo, en su cabeza. y no podía más. 
          debería estar cansado de mirar su cabello,
          sus manos, de sus rarezas, pero quería más, 
          él quería más. no podía vivir sin ella, no había
          manera. no podía estar sin ella.  la castaña no 
          se iría, jamás lo haría. había colgado su bandera, traspasado su frontera, era la reina. y siempre reinará. era la niña del sol de tarde, de las can
          ciones viejas de la tierra hasta marte, era la noche de las estrellas, la del corazón 
          robado, la del fuego que no quemaba, que
          le robaba, que le tentaba. llevaba su calor
          en los huesos. lucía gris y cambiaba de autor, 
          era música acústica, un acorde menor. ¿qué 
          era su mundo sin hermione? no todo sería 
          igual a partir de ese momento y ambos lo sabían, eran plenamente conscientes, y aún 
          así él estaba  ahí, correspondiendo el beso 
          como si la vida le fuera en ello, pero de la
          manera más dulce que podía. y en ese instan
          te se desató una tormenta en su interior, 
          que tomaba el control. pero había una luz. y la
          sentía cerca, en sus manos, en su corazón,
          ¿podría retenerla durante mucho tiempo?
          la libertad de caer, ese sentimiento que se
          desvanecía entre sus dedos al sentir a su
          amiga de esa manera, ya no habría más 
          caídas si la tenía cerca. las memorias de
          aquel lugar robado venían en oleadas, siempre 
          lo hacían. pero ese recuerdo no era una oleada cualquiera, ese recuerdo se quedaría como una
          cicatriz en su piel. se quedaría para siempre 
          con su reina y su bandera, ya no había fron
          teras. se dejaría llevar a ningún lugar, siempre 
          y cuando su mejor amiga estuviese a su
          lado—. 

buenas noches, señorita granger. !!