Los logros se celebran, se viven, tal vez nop en una gran celebración con champaña y vino, pero, por muy diminuto que pueda ser ese logro, tu corazón salta de orgullo por esa pequeña experiencia.
Las emociones a flor de piel, ese sentimiento de incertidumbre que a su vez es reemplazado por la sensación de saber que lograste algo especial. Sé que es emocionante, lograr algo que jamás creíste poder hacer o hablar frente a muchas personas con el pánico de equivocarte... Pero al final, cuando descubres que todo resultó perfectamente, los nervios desaparecen y es en ese instante que la emoción aparece en tu ser, el orgullo te llena el corazón y los aplausos o palabras de aliento te nutren el alma.
Lo mejor de esos logros? Siempre esperas que personas especiales se enorgullezcan de aquellos, esperamos palabras inspiradoras. Créanme tal vez suene estúpido, pero, no hay nada más reconfortante que contarle a alguien con la emoción marcada en tu voz, aquella experiencia que viviste con orgullo.
Lo triste de aquello es el notar como lo que esperabas no fue de ese modo. Al final todo fue diferente y eso que contaste con tanta ilusión y felicidad se convierte en algo por lo que lloras en la noche de forma silenciosa y desconsolada. La decepción a veces es inevitable, créanme, lo sé. Lloraras porque no recibiste esa felicitación que te hacía ilusión, te entristeceras porque aquella persona especial no le dió importancia a aquel logro que para ti lo fue todo, solo me queda decirte que no te desanimes. No permitas que nadie minimice lo que sientes y no dejes que un logro especial en tu mente y corazón se vea opacado por la indiferencia de algunos, aún cuando eso te duela tanto que debas llorar en tu habitación luego de un gran día.
ATT: Vondy