Akira Toriyama. Lo quisiera o no, fue un ídolo. Una leyenda cuya obra atrajo a tantas personas a un macroverso de mundos ficticios conocidos como manganime, aún más allá de Japón, su obra atrajo a millones de personas en todos los idiomas posibles, creó amistades, creó sueños, inspiró tanto a lectores como a otros mangakas. Aún cuando pretendió terminar Dragon Ball tras Freezer, el afecto que generó en los lectores fue tal que decidió continuar por estos. Cell y Majin Buu no son solo de los mejores arcos y villanos para muchos, son también prueba del esfuerzo que Toriyama realizó para que los millones de niños, adolescentes y adultos que amaron su obra, pudiesen disfrutarla un poco más. Un genio creativo, un excelente dibujante, una buena persona, alguien a quien admirar y respetar, una persona cuyo legado es y será más grande que su vida.
Que en paz descanse.