Como te lo prometí mi pequeño, tu madre ya está aquí. —murmura un poco para poder darle tranquilidad al menor entre sus brazos. Llevó sus labios a su frentecita y dejó un sonoro beso en ella.— ven, tengo algo para ti. —se levanta con él en brazos y camina hacia una de las habitaciones del hogar; ahí se acercó a unas pequeñas cajas de cartón de donde sacó un pequeño peluche en forma de conejo.— este era de tu tío Aegon y antes de ser de él, era mío yo quiero que lo tengas tú.