Curioso cómo ahora la llamas «mi madre» en vez de «tu Rhaenyra». No quiero ni saber qué tipo de pensamiento retorcido pasó por tu mente al tipear eso, querido tío. Pero, ya que estamos hablando del tema, ilústrame con las maneras en las que mi madre arruinó su campaña. Te escucho. Sí, los años no vienen solos; eventualmente me asemejaría a mi familia.