Artemisa.

¡Bienvenida seas al mundo de los humanos, Artemisa! Lamento informarte que, por el momento, tu mellizo no ha llegado. Probablemente no tardará en reunirse gracias a tu presencia. Espero que tengas una estadía fenomenal, y si ocurre algo, no dudes en comunicármelo; que con gusto te auxiliaré de la forma más rápida posible. Por cierto, espero no lo malinterpretes, pero luces sumamente hermosa. ¡Estoy a tu disposición!

Artemisa, bienvenida seas por aquí. He de admitir que me sigo sorprendiendo de ver a todos llegar de forma inmediata, no me molesta. En fin, espero que te reciban de las mejores formas, y ya sabes, si hay algún problema, puedo llevarme su alma sin problema. 

Artemisa, sobrina querida, qué radiante te ves. No hay duda de que ese encanto lo has heredado de tu tío favorito (yo). Ese color te sienta de maravilla. ¿Algún mortal se ha atrevido a molestarte? Espero que no, porque ya saben lo que les espera. ¡En fin! Se bienvenida.

Artemisa, querida, como siempre tú tan linda. Bienvenida seas, que gusto volver a verte. ¿El mundo de los mortales te ha tratado bien? Ojalá que si. Espero convivir mucho más contigo por aquí, y recuerda, diviértete. 

Artemisa. Se bienvenida, adoro cómo luce tu cabello rojizo. No pienses en teñirlo a pesar de que la idea suene divertida, he visto que humanos suelen perderlo por completo y proceden a comprarse ¿pelucas? sí. Espero que puedas reunirte muy pronto con Apolo.