⊹ㅤ✿‧ㅤ ͟𝒜ngie.ㅤ்۪۪

／ le dejó espacio para deleitarse con su aroma, se entretuvo en cepillar sus hebras azabaches con los dígitos, mismos que terminaron aferrándose a su espalda.  Amor, mi dolor se ha disipado en el momento en el que colocaste esa rosa en mi cabello. ／ afirmó, con dulzura, con esa pureza reservada para él y su pequeño ángel de cabellos rojizos.  No podría sufrir cuando lo que más anhelo, volvió a mis brazos. No tienes idea cuántas oraciones he emitido en estos años, cuántas veces he soñado con volverte a besar. Y aquí estás, en mis brazos, susurrando esos versos que solo provocan que te ame tanto como el sol hace con la luna. ／ los belfos del ser angelical volvieron a probar del dulce almíbar que derramaban los de su cónyuge. sus rubíes hechos ócelos se cerraron, disfrutando de la sensación de dejar que fuera su corazón el que hablara mediante tiernas acciones.  Leí que si pides algo de vuelta con mucho ímpetu, éste termina volviendo. Yo... Me encantaría implorar por tener a nuestro angelito en mi vientre de nuevo. Prometo cuidarle, darle todo lo que necesita, hacerle el bebé más feliz como lo es nuestro bonito y travieso querubín mayor. 

／ sus manos descansaron en las mejillas del hombre, de su hombre al que le había jurado amor eterno. negaba con la testa, incluso sus alas se habían desplegado para arropar a su adorado amante y compañero de vida.  No... No te disculpes, amor mío. Todo fue una sucesión de eventos, no es tu culpa nada. ／ besaba cada rincón de aquel angelical rostro, buscando darle el mismo consuelo que él le brindaba. su frente quedó apoyada en la de él, respirando su mismo aroma, esbozando una sutil sonrisa en medio de aquel océano de lágrimas.  Estás vivo, más que nunca. Nuestro angelito debió interferir en ello, no soportó ver a mamá y a Cain tan solitos. ／ declaró, más calmada, pero aún aferrada a aquel cuerpo que yacía bajo ella. no le importaba manchar sus ropas, ni siquiera estar frente a aquella lápida a la que había llorando incontables veces. él estaba ahí, con ella, dispuesto a recuperar el tiempo perdido, a dejarse envolver por todo ese amor que siempre vivió con fe de verlo una vez más.  Te amo, te amo. No quiero reservarme ni un beso más, ni una palabra.

／ esa melodía, podía reconocer aquel dulce timbre entre miles de voces. era él, entero, con sus azabaches cabellos movidos por la brisa, con sus dedos rozando su rostro. era él, etéreo, derrochando el inconmensurable amor que guardaba en su alma, aquel hogar que abrió sus puertas para refugiarla. y eran esos eléctricos luceros, tan azules como el mar, tan vivos que todo parecía un milagro.  su cuerpo cayó sobre el contrario, deleitándose con aquel calor que emitía, cerciorándose de que no era un cruel espejismo efímero.  Mi amor, por supuesto que confío en ti. Te amo, nunca he dejado de hacerlo. ／ sus belfos demostraron su devoción mediante un casto ósculo, un ligero sello para sus versos. el carmesí de sus ócelos lo miraron con detenimiento, curvando sus cerezos en una mueca que anunciaba sus nuevos sollozos.  Hubiera salido tan precioso o preciosa. Perdóname, Aki, lo siento por no haberte dicho, por descuidarme tanto que descuidé la nueva vida.