SoyGwendolynLoss
Gwendolyn se encontraba en su amplio y elegante dormitorio, una estancia bañada por la luz del sol italiano que se filtraba a través de las ventanas de arco de la mansión. Los suaves colores pastel de las paredes contrastaban con el intenso azul del Mediterráneo que se vislumbraba a lo lejos, creando una atmósfera de ensueño y serenidad.
Frente a un majestuoso espejo de cuerpo entero, Gwendolyn observaba su reflejo. Llevaba un vestido de novia hecho a mano, una obra de arte de encaje y seda que se adaptaba perfectamente a su figura. Sus manos, delicadas y temblorosas, recorrían el bordado mientras intentaba calmar los nervios que le invadían. Su cabello largo, perfectamente ondulado cayendo sobre su delicado cuello adornado con una fina cadena de perlas, un regalo de Aleksandr.
Era difícil creer cómo había cambiado su vida en los últimos once meses. Tomada por Aleksandr, el imponente líder de la mafia, Gwendolyn había sentido miedo y desconcierto al principio. Sin embargo, con el tiempo, descubrió en él un hombre profundamente apasionado, protector y cariñoso, a pesar de su fachada dura y seria. Aleksandr la había cautivado con su dedicación y cariño, convirtiéndose en el centro de su mundo.
Gwendolyn suspiró, recordando los momentos compartidos con él, las conversaciones profundas y las inesperadas circunstancias habían forjado un vínculo indestructible entre ellos. Ahora, en el día de su boda, sus sentimientos eran una mezcla de emoción, amor y un toque de ansiedad.
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Todo pasó a segundo plano cuando lo vió, parado al final del altar, mirándola con amor, nostalgia y hasta algo de orgullo, a lo que ella caminaba con un ramo de flores blancas y rosas entre sus manos, con una sonrisa delicada y suave, tal como ella.
Entregó su ramo de flores a su hermanita menor, quien se encontraba sentada en la primera fila, una de las pocas personas de su familia que se presento junto con sus padres, quienes la miraba con una sonrisa de oreja a oreja. Ella se paró frente a Aleksandr, tomando sus manos con delicadeza y dedicándole una sonrisa antes de que se diera comienzo a la ceremonia.
…
El momento de los votos llegó, dandole espacio a Gwen para hablar, a lo que ella suspiró profundamente antes de proceder.
— Aleksandr…ha sido el mayor placer de mi vida cruzarme contigo. Nunca pensé que encontraría a un hombre tan dedicado, dulce, protector y cariñoso como tu lo eres. Te supiste ganar mi corazón por completo, cada detalle tuyo es perfecto y te elegiría una y otra vez sin dudarlo. En tus ojos, veo el reflejo de un amor puro y eterno, y en tu sonrisa, encuentro la paz y la alegría que siempre he buscado. — hizo una pequeña pausa y volvió a mirarlo — Eres mi confidente, mi mejor amigo, y mi alma gemela. Con cada latido de mi corazón, reafirmo mi compromiso de ser fiel y leal, de mantener y proteger este amor que siento por ti, al que me he entregado.
Prometo amarte sin reservas, sin condiciones y sin límites. Prometo ser tu refugio y tu apoyo en cada momento. Te amo y prometo hacerlo hasta mi ultimo suspiro…te amo, Aleksandr.
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Mientras ajustaba los últimos detalles de su atuendo, escuchó un suave golpe en la puerta. Era Miranda, anunciando que todo estaba listo para la ceremonia en la playa.
— Ya voy… — respondió dulcemente mientras daba un suspiro, despejando cualquier nervio o temor, y sonreía, pensando en que sería unida a el por todo lo que le quedaba de vida, cosa que la hacía mas que feliz y la llenaba de alegría. Acomodó su velo y se miró por ultima vez al espejo. — Estoy lista.