Medimago.

Para que valga el trauma

¿A poco tú nunca llegaste a otro país en una borrachera? 

Es que estaba divertida la fiesta papá 

Dame unos galeones y te la enseño / hombre de negocios 

Pero que estén lindos

O a los hijos, lo que sea.

Preséntame a alguna de las hijas de tus amigos, por favor.

Que chistoso eres papá, no eres el muñeco de trapo de nadie, aquí todos te queremos (en eso no bromeo)

JAJJSJSJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJJAJAJAJAJAJAJAJAJJAJAJAJAJAJAJAJSJAJJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJA ❤️❤️❤️❤️❤️❤️❤️❤️❤️❤️❤️❤️

Tengo miedo 

Pero tú la conociste en tus años de Hogwarts qué tal y yo me quede sin mi romance adolescente, ya casi cumplo los 19…

No le vuelvo a hacer caso, lo prometo 

Ya se, ya se, iugh… ¿siempre fueron así? ¿tan encimosos?

Papa Dan dice que siempre ha sido así de gruñón, y la verdad es que me lo creo, solo hay que ver esas arrugas 

Gracias, tito. Eres mi tío favorito. 

Eh, es que son friends to lovers y sabes que tengo blando el corazón cuando se trata de ese tipo de relación porque me recuerda a mi Dan y a mi. Además, es hijo de Diggory, tiene que ser buen chico. — soltó un chiflido y fingió no darse cuenta de su expresión de ofensa, pero acabó riéndose. — Se crecieron nuestros niños, Xander. ¿Puedes creerlo? Parece que fue ayer cuando jugaban al escondite por la casa y ahora pasan ahí de fiesta…— soltó un suspiro y negó suavemente, buscando una silla en la oficina de la Granger para tomar asiento. —Oh, tienes razón. Tú más que nadie tuvo que verlo celoso por mis eh, conquistas. — se rascó el cuello un poco incómodo y le alegró que no se hayan detenido tanto a hablar de él y los celos que su esposo tuvo que sufrir durante su ausencia, aún se daba cachetadas en la frente cuando recordaba lo idiota que había sido. —Uf. El “tú sabrás” significa peligro, hermano. Me da miedo cuando usan esa frase. — Empezó a tocar unos libros que la mujer tenía en una mesa pero apartó la mano rápidamente, a veces podía llegar a ser demasiado curioso y en ese caso lo mejor era no husmear mucho entre las cosas de la secretaría de la Ministra de Magia, luego se metería en problemas o más bien, metería a su primo en problemas. —¿Otro? Suficiente con Dean, a veces es incluso más hiperactivo que yo y cuesta mucho mantenerlo quieto, ni siquiera parece que fuera hijo de ustedes dos. — comentó con una sonrisa y se acercó más a Xander para observar mejor lo que leía. Notó que era un libro de magia oscuros y rápidamente señaló uno de los hechizos que se mostraba en una de las paginas vieras y desgastadas del libro. — Ese nos podría funcionar, lo he usado un par de veces y es de mucha ayuda. 

¿En serio te contó a ti? Al menos no fue a contarle a Minerva, seguro que hubiera dejado muy mal parado al profesor Snape. —  Rodó los ojos con diversión y le dio un golpe juguetón en el hombro. — Que suerte, no voy a tener que morir a manos de Dante Snape. ¿Alguna vez lo has visto celoso? Creo que sí, aquella vez que salimos y una chica se me acercó…— un escalofrío recorrió su columna vertebral recordando aquella noche y la pequeña pelea que habían tenido. Pero afortunadamente habían podido solucionar todo con la ayuda de Xander que evitó que se jalaran de los pelos por algo tan insignificante. — Aunque se ve muy guapo cuando está enojado. — añadió con una sonrisa pícara. Soltó un silbido al escuchar la noticia, pero su expresión se volvió más seria.— ¡Usen protección, por favor! Ya están muy viejos para cuidar a otro bebé. — Al menor solo le gustaba molestar a Xander, sabía que seguía con una buena condición física y que en caso de tener otro bebé, podrían criarlo sin problema, aunque Xander tendría que regresar a su labor de ama de casa. Entró sin problemas en el maletín y empezó a observar su alrededor fascinado, le gustaba estar ahí rodeado de aquel ambiente tan mágico y aprender más sobre las criaturas mágicas que su primo tenía ahí bajo su cuidado. — ¿Y Pitágoras no está? Sabes que Larry pasa de malhumor sin Pitágoras y no quiero que me agarre a patadas por cualquier cosa…

Soltó una suave carcajada y negó levemente. — Tienes razón, conseguir que se alegre no será difícil; le daré una noche increíble y luego estaremos bien. — Suspiró, ahora más calmado, y continuó caminando con una sonrisa plasmada en el rostro. No le incomodaba hablar de ese tipo de cosas con Alexander. Sabía muy bien que entre ellos había un alto nivel de confianza y que Xander lo apoyaría incluso a ocultar un cuerpo. — Oh, entonces tendré tiempo para despedirme y dejarlo contento, genial. — Intentó imitar la acción de Xander de tronarse los dedos, pero lo único que logró fue doblárselos, lo que le arrancó un quejido que trató de disimular con una tos inexistente.  — Suena a mí. Aunque se te olvidó mencionar la parte en la que ya no sé coquetear con nadie más que no sea mi esposo… Pero haré el intento por el bien de la misión, eso sí, nada de contarle a Dante o me — pasó su dedo por su cuello en una señal que demostraba que acabaría muerto si Dante se enterara, o al menos eso suponía. — Es una lástima, hace días que no nos quejamos de ti. — En realidad las pláticas que llegaba a tener con la Granger no eran para nada de eso, ninguno de los dos tenía razones para quejarse del más viejo así que solo lo decía para molestar. Se encogió de hombros y soltó un quejido al sentir el contacto en su estómago, aunque no le había dolido aquel pequeño golpe, nunca estaba de más molestar a Alexander.
            — ¡Oye! Ten cuidado, casi me deshaces los órganos con ese golpe tan fuerte que me diste. ¿Seguro que no eres Hércules o algún súper héroe de esos cómics que pasas leyendo? Hombre, casi me matas. — Dijo en tono burlón mientras entraba a la oficina de la mujer detrás de Alexander. — Ni idea de qué es eso, yo a mis niños les paso haciendo postres y dándoles pizza. —añadió con una sonrisa.