Era el gran premio de Mónaco, el gran premio de casa de Leonard y siendo como piloto de Ferrari su mayor sueño fue ganar ese gran premio y tras varios intentos finalmente logró ganar, esa victoria no solo lo hacía por el, lo hacía por su familia, su padre y en especial para Alexa, su Alexa. Leonard entró a su garage aún con el traje de carreras manchado de champagne y sudor. Había dejado atrás los gritos, los flashes, el trofeo brillante alzado bajo el cielo.. y entonces la vio. Era Alexa, su Alexa, sin más que decir corrió hacía ella rodeado sus brazos alrededor suyo a su paso la levantó dándole una vuelta por el aire.. en ese momento solo eran ellos dos, no le importaba si habían más personas a su alrededor o si les tomaban alguna foto.. solo existía Alexa para el.
