Vaya, un Akelzéev. Qué curioso encontrarte por aquí. Aunque, honestamente, no me sorprende. Mi familia ya ha tenido suficientes roces con la tuya, y todos sabemos cómo terminan esas historias. No puedo evitar pensar que tú podrías correr la misma suerte que mis primos esta vez, tal vez un cambio de roles no estaría mal ¿no lo crees? Bienvenido, supongo, pero no esperes favores ni cortesías. Aquí no se regalan sonrisas, y mucho menos a alguien como tú.