Eso es porque eres un libro abierto, Alice. Sólo necesito mirarte a los ojos para saber en lo que estás pensando. Yo, por otro lado, nací con el don del enigma, así que vas a tener que esforzarte un poco más si quieres ser conocedora de todos y cada uno de mis pensamientos, sólo prométeme que no vas a salir corriendo una vez que consigas entrar en mi cabeza. Claro, Nini es la mejor opción para curar los huesos rotos, pero ya me advirtió que si vuelvo a poner un pie en la enfermería con más golpes, va a pasar de mí. Así que guarda esos puños de azúcar y déjame conservar mi integridad física. Eres adorable, ¿te lo había dicho ya? Eres jodidamente adorable, y odio cuando me miras con esos ojos suplicantes. Te prometo, Alice, que no pienso volver a dejarte atrás. Tú eres—... Eres como la claridad en el caos de mis pensamientos, y sin ti... ¿Te imaginas qué haría yo sin ti? Joder. Porque yo no. Así que puedes quedarte tranquila, no estoy huyendo de ti. ¿Acabo de escuchar bien, o acaso tú, Alice Longbottom, quieres ponerme una correa? Merlín. ¿Qué has hecho con la personificación de la dulzura que eras hace apenas unos segundos? No seas atrevida, invítame un café primero.