☆ allison k. laroux.

—Su risa le transportaba a un lugar reconfortante, algo así como cuando pisas tu hogar por primera vez en mucho tiempo. Así se siente al verla, al escucharla, al tenerla cerca. Una sonrisa se forma en su rostro inconscientemente—. ¿Cómo iba a olvidarme? Eres la grandiosa Allie Laroux, la que me metía en un sinfín de travesuras cuando solo éramos unos críos. —La insinuación que hizo le llenó de una falsa indignación, por lo que trató de fruncir el ceño—. ¿Cómo osas insinuar algo así? Jamás serías una extraña más. Me ofendes, Allie, me ofendes mucho.

Allie será entonces, la verdad es que es un poco. . . Cansado tanto formalismo, si he de ser honesto. —una gran sonrisa apareció en su rostro sin poder evitarlo, y aunque su corazón latía con una fuerza desmesurada y el miedo a comenzar a temblar seguía presente, no pudo evitar perderse en la mirada de la contraria, y entonces supo que jamás se iría ese miedo; el miedo a temblar, el miedo a trabarse, el desenfrenado latido de su corazón que en cualquier momento iba a acabar matándolo. supo que jamás se iría, pues siempre aparecería de nuevo al verla—. ¿Por su hermana? ¿Podría saber la historia, si no es muy inapropiado preguntar?

Lady Allie, por favor, llámeme solo Maxon. —En cualquier momento comenzaría a temblar debido al nerviosismo que le provocaba tener delante a la castaña, deseó con todas sus fuerzas no trabarse al hablar—. Me encuentro estupendamente, ahora más por estar hablando con usted. ¿Y usted, Lady Allie, cómo se encuentra?