
SoyAkenTD
꒰⚘꒱.• Esa voz. Se encontraba recargado en un muro, dormido. Pero esa voz, esa dulce voz como el trinar de los pájaros en las mañanas, le hizo despertar con una sonrisa. Al verle se quedó sin aire de nuevo, su pecho saltando de gozo en su pecho martilleaba mientras sentía ese impulso magnético que lo empujaba hacia ella. ─── Amor mío… Amentet… ───simplemente el decir su nombre era para él un dulce, un regalo el poder decir que era su amor, de él y solo de él. Abrió sus brazos, sin pensarlo, tan sol los abrió y la acogió en sus brazos, alzándola levemente del suelo por la intensidad de su abrazo, mientras la veía lleno de ternura y amor.─── Oh, Amentet, eres más bella en el aquí y ahora que en mis s-sueños… Oh, mi amor, e-estoy aquí, tú es-estás conmigo… juntos otra vez, eres mi hogar, mi amor, mi todo… ───la apegó más a él, dejando un dulce beso en su crisma mientras el dulce aroma de su cabello le embriagaba.

SoyAkenTD
꒰⚘꒱.• ─── Oh Amentet, gracias por es-star conmigo... ───le sonrió, sus frentes pegadas una a la otra, sus respiraciones uniéndose como una. Cerró sus ojos, sintiéndose en paz, en calma, todo su ser llenándose de gozo y amor por la diosa. Él también ladeó su rostro, una sonrisa ladina y algo pícara dibujándose en sus labios, solo con ella se mostraba así, menos tímido y más atrevido.─── Probablemente lo haga, mient-tras mis manos te recorr-rren de memoria como me he memorizado las dunas del des-sierto... ───su sonrisa pícara se ensanchó, casi ronroneando mientras se dejaba guiar por sus manos. Pronto sus labios comenzaron besando su frente, cándidamente fue recorriendo su rostro partiendo desde su frente, luego besó la punta de su nariz, sus mejillas redondas y perfectas como porcelana... así fue hasta llegar a sus labios.─── Hmm... amor, eres tan hermosa que los oasis deberían estar celosos de ti...
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SoyAkenTD
꒰⚘꒱.• Suspiró suavemente al sentir sus manos recorrer su espalda, una caricia tan suave y cálida a la vez, que le llenaron de calma y contento. Cada vez se relajaba más y más… pero no se dormiría. No con ella aquí, quería seguirla abrazando y repartirle cientos de caricias dulces y besos tiernos. Quería escuchar su dulce voz, su risa tan adictiva, cada una de sus palabras que me enamoraban la mente y lo atontaban como todo adolescente que vivía su primer romance. Después de todo, Amentet siempre fue la primera… la primera y la única. ─── Oh, cariño mío, pero si no hay tiempo en la Duat… pero t-te entiendo… también te extrañé, e-estaba dormido, soñando contigo… pero incluso así me sentía solo, no es lo mis-smo, saber que no estás conmigo… Oh Amentet, es como si me faltara aire y no hubiera suficiente arena para navegar… ───la apegó cariñosamente más hacia sí, invitándola a quedarse entre sus brazos, como si fuera su hogar. Le miró, aquel delicado y hermoso rostro que en cuanto miró aquel día se enamoró. Era tan hermosa, tan bella, tan fuerte, tan dulce… le llenaba de dicha poder ser su esposo. ─── Hmm… si s-sigues diciendo esas cosas dulces amor, no podré resi-istirme en llenar tu bello ros-stro de dulces besos…
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