Me alegra saber que, aún después de tanto, sigo teniendo ese efecto en tí, Ames, ¿también se pintaron tus mejillas de rojo? Porque recuerdo que eso siempre pasaba cada que te decía algo lindo. ¿Aún me falta más para conquistarte? Vamos, amor. Admite que ya te conquisté, admítelo, que todos lo sabemos. Te lo puedo prometer; el vivir un día, ni una vida sin mí no es una opción. Estoy contigo todo el tiempo que desees tenerme. ¿Ah, eso piensas? Lástima que no hay ninguna manera de comprobar sí eso es verdad. Tal vez esa sección de la biblioteca me llamó más la atención que admirar tu rostro, Ames, o tal vez solo intentaba llamar /tu/ atención. ¿Son los libros acaso más interesantes que yo? Dímelo, puedo soportarlo sí es así. Increíbles no serían la palabra que usaría describirlos, pero estoy segura de que sí los lees tú, entonces algo de increíble deben tener. Lo dudo, Amy Scamander. ¿Aún sigues creyendo que soy capaz de olvidarme de mi chica favorita? No me cansaría. Podría verte ver cómo se seca una pintura y no aburrirme, Amy, ¿es eso suficiente para convencerte? Adelante, soy todo oídos. ¡Ya te lo había dicho! Si eres tú, no hace falta que pongas tanto esfuerzo en convencerme; pídeme lo que quieras y diré que sí. Solo tú. Nadie más tiene ese privilegio, rubia, así que no abuses de él. Aunque... Aún podrías dejarme ese poema, eh, yo lo aceptaría. ¿Quieres que sea una cita, Ames? Porque lo es, es tu día de suerte, hermosa. O el mío, mejor dicho, porque saldré en una cita contigo. Gracias a Merlín y a todos los dioses que existen. Quédate a mi lado siempre, nunca te vayas.