Atlas.

Vaya, Andrómeda, creo que ya puedo decir que tenemos dos cosas en común; hablamos sin parar, y tenemos padres grandiosos, ¿no crees que son dos cosas muy importantísimas que podrían llevarnos a ser unos muy buenos amigos? Yo creo que sí. No podría pensarlo ni por un momento, tus ojos brillan de felicidad cuando hablas de ellos. ¡En serio, tienes que olvidarlo! O vas a lograr que las mejillas se me pongan del color del cabello de mi tía Lily. Mi padres son... Increíbles. Y aún así creo que las palabras no son suficientes para expresar lo que siento por ellos, ¿sabes? Me encontraron en mi peor momento y me dieron una oportunidad de vida en la que finalmente conocí lo que es sentir el afecto de una familia. Una familia muy extensa, por cierto, y todos han sido muy buenos conmigo, incluso cuando no era más que un niño extraño en sus vidas. No suelo hablar de estas cosas con ellos, así que tendrás que prometerme que si alguna vez conoces a mis padres, no les dirás que pienso que son los dos hombres más geniales del mundo mágico. ¿Me lo prometes?. Wow, wow, wow. Tienes razón. No lo sabía. ¿Cómo es que no lo sabía? Aunque... Espera. ¡¿Tú eres la famosa «Annie»?! Por Rowena, por supuesto que he escuchado de ti, eres como una hija más para mi tío, es sólo que no he conseguido asociar tu nombre completo con tu diminutivo, mi error. Lo que sí me parece sorprendente es que nunca antes nos hubiéramos visto, lo recordaría si así fuera. Tienes los ojos más azules que he visto jamás. Recordaría esos ojos. ¿Segura? Si me das la luz verde para hablar y hablar, no estoy seguro de poder parar. Tendrás que ser mi cable a tierra cuando me vaya por las ramas, Annie.

Perseus. Perseus Potter-Diggory, en realidad. Me siento muy orgulloso de mis dos padres, así que... Me gusta decir mi nombre completo, no quiero que ninguno piense que lo olvido. Y... Lo siento. Me he ido por las ramas. Otra vez. Olvida mi sentimentalismo de hace algunos segundos. Volvamos a lo que nos reúne; Pociones. Sí, te entiendo, yo a veces olvido que mi tío es mi profesor, y que debo llamarlo «Profesor Potter» cuando estemos en Hogwarts. Espera, ¿Al?, ¿ibas a llamarlo por su nombre? Eso es... Un poco raro. ¡Mira! Parece que ya tenemos algo en común; ambos hablamos sin parar. No te preocupes, Andrómeda, conmigo puedes hablar de lo que gustes, soy una tumba, te lo prometo. Además... Yo tampoco soy muy popular, mis únicos dos amigos en este lugar son... Xavier y Elide. Y la segunda es dos cursos más grande que yo, así que... Ya te puedes hacer una idea. ¡Ah, claro, las escamas! Podemos obtenerlas de criadores de dragones, y... Por suerte para ti, conozco a dos personas con acceso a ese tipo de criaturas, uno es el primo de papá; Charlie Weasley, y el segundo es mi propio tío Albus. Aunque tal vez sería trampa si se lo pidiéramos a él, ¿no crees? También tenemos una opción más simple; ir a una tienda de ingredientes mágicos especializada y pedir las que necesitemos. Pero eso es un poco más aburrido. ¡Voto por el viejo Charlie Weasley!

Disculpa, eres Andrómeda, ¿no? Mi tío—... No, no mi tío. Es decir, sí es mi tío, pero... ¡Ah! No importa. No estuviste hoy en la clase, pero el Profesor Potter nos puso juntos para elaborar una poción que, —se supone—, nos debería permitir poder comunicarnos telepáticamente con criaturas mágicas durante al menos una hora. He pensado que podríamos empezar con las «escamas de dragón», no lo parece, pero son mucho más sencillas de recolectar que las «lágrimas de unicornio». Podríamos encontrar las primeras en... Lo siento, te estoy mareando, ¿no es así? Tal vez debería comenzar otra vez, dame un segundo. ¡Hey! Soy Percy. Somos compañeros de casa y, ahora, también lo somos en Pociones, es un placer.

Te amo más.