SoyNateBarnes
Te amo mucho, no sabes cuánto ♡
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En un reino lejano, donde la magia y la fantasía se entrelazaban en cada rincón, vivían dos familias muy diferentes pero igualmente poderosas. En un majestuoso castillo en lo alto de una colina, residían los amables príncipes Eugene y Rapunzel, junto a sus hijos, Serena, una chica destinada a tomar el trono al ser la mayor, con un cabello rubio como el de sus hermanos, un apuesto chico rubio llamado Asher y Aerys, el más pequeño de los hermanos por otro lado en las profundidades del bosque, en una mansión sombría y elegante, moraba la intrigante Cruella de Vil y Gastón, con su hijo, un joven castaño llamado Nathaniel.
Asher era un joven valiente y compasivo, que heredó la belleza y el encanto de su madre, Rapunzel. Era conocido por su cabellera dorada que brillaba como el sol y sus ojos oscuros y tan brillantes. Por otro lado, Nathaniel era un chico ingenioso y audaz, que heredó la astucia y la determinación de su madre, Cruella. Tenía una mirada intensa y una sonrisa cautivadora que a menudo ocultaba sus dudas.
Un día, durante una fiesta, Asher y Nathaniel se encontraron por casualidad. Desde el momento en que Nathaniel puso sus ojos en Asher, quedó prendado de su belleza y encanto. Sin embargo, al principio, Nathaniel se mantuvo en la sombra, temeroso de acercarse al hijo de los villanos de los cuentos. Pero su corazón no pudo resistirse, y pronto comenzó a coquetear con Asher de una manera divertida y traviesa.
Al principio, Asher estaba desconcertado por las insinuaciones de Nathaniel, pero con el tiempo, encontró su compañía cada vez más agradable. Descubrió que Nathaniel tenía un corazón noble y generoso, a pesar de su linaje. A medida que pasaban más tiempo juntos, los muros que separaban sus mundos comenzaron a desmoronarse, y Asher se dio cuenta de que sus sentimientos hacia Nathaniel iban más allá de la amistad.
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Sin embargo, cuando Nathaniel se enteró de la verdadera identidad de Asher, se llenó de dudas. Sabía que su madre, Cruella, había sido una villana temida en el reino, y temía que el linaje de su familia fuera un obstáculo para su relación con Asher, hijo de los amados príncipes. A pesar de sus sentimientos por Asher, Nathaniel luchaba con la idea de que su amor pudiera ser aceptado en un mundo donde la diferencia entre la nobleza y la maldad estaba claramente definida.
Con el tiempo, Asher notó la distancia y la de Nathaniel. Comenzó a darse cuenta de que algo estaba afectando la relación que habían cultivado con tanto cuidado. Decidió confrontar a Nathaniel y descubrir la causa de su preocupación. Cuando Nathaniel finalmente confesó todo, Asher lo abrazó con ternura y le aseguró que su amor era más fuerte que cualquier barrera impuesta por el linaje.
Juntos, decidieron enfrentar los prejuicios y la desaprobación que podrían encontrar. Con valentía y determinación, demostraron que el amor no conocía fronteras ni límites. Con el tiempo, el reino aceptó su relación, reconociendo que el amor entre Asher y Nathaniel era verdadero y puro.
Finalmente, Asher y Nathaniel se casaron en una hermosa ceremonia en un castillo lejos, uniendo así a dos familias que alguna vez parecieron tan diferentes. Se dice que vivieron felices para siempre, desafiando las expectativas y demostrando que el amor verdadero puede superar cualquier obstáculo.
Y aunque el cuento no cuenta si tuvieron hijos, su amor perduró a lo largo de los años, dejando un legado de esperanza y tolerancia en el reino, donde la verdadera magia siempre residía en el corazón.
Fin.
Tal vez no conocías esta parte de la historia, puede ser porque sea incierta, pero podemos empezar por algo así que con el corazón en la mano (y la cobardía por no estar ahí en la otra) ¿Me harías el honor de ser tu novio?
SoyNateBarnes
¿Te olvidaste de mi rubiecito?