Y para mí mala suerte, no te atropelló una carretilla. ¿Vienen los demás contigo, o sólo estás tú? Después de escapar de la extensa despedida de nuestros padres, ya no pude ver si nuestros hermanos entraron a la escuela o alguno escapó. Que lo más probable es que lo hayan hecho, yo lo haría; ser sobreviviente en el bosque, sin comida, en la espera de que un gran oso te coma es un panorama tan divertido. Cómo sea, hermana, ¿estás bien? Te veo algo agitada. No es como que me importe, claro, pero según nuestra madre, tengo que al menos fingir que me preocupo por ustedes; por las apariencias, ya sabes.