────── lo miro sentada en el borde del sillón, con los codos sobre las rodillas y las manos entrelazadas, alzó la vista lentamente, no sonrió pero tampoco frunció el ceño. Su mirada estaba nublada, distante y solo tras unos segundos rodó los ojos
Si lo que quieres es que sonría deberías intentarlo con pastel… o una amenaza creíble de bomba nuclear, tu poesía no sirve, Rory.