Aura.

A pesar de sus luchas internas, Aurora ha logrado canalizar su amor por la adivinación en un don real. Sus predicciones, aunque menos dramáticas que las de su madre, son notables por su precisión y sabiduría. Su dulzura la ha convertido en una confidente confiable para sus amigos, y su pasión por el tarot la llevó a forjar conexiones especiales con las cartas. A medida que se embarca en su viaje en Hogwarts, Aurora busca un propósito más allá de las sombras del pasado familiar, ansiosa por descubrir su propio destino y ayudar a los demás a encontrar su camino en el mundo mágico.

Aurora, a pesar de su devoción por la adivinación, siempre se ha sentido presionada por las expectativas que rodean a su apellido y a su legado familiar. Su madre, famosa y enigmática, la crió en un ambiente de magia y profecía, pero esta influencia a menudo la dejó con una sensación de que nunca podría estar a la altura de las hazañas de su madre. Además, la vida de Aurora se oscureció por una tragedia impactante: la repentina desaparición de su padre cuando ella tenía solo 11 años. La falta de respuestas sobre su paradero ha dejado una herida profunda y enigmática en su corazón, marcando su personalidad con una mezcla de determinación y melancolía. Gracias a aquel hecho traumático, sus habilidades de premonición le han jugado en contra, pues es víctima de constantes pesadillas que le muestran el sufrimiento de su padre, sin embargo, no le indican el lugar exacto en donde se encuentra.

Aurora Elise Trelawney, una bruja nacida en una de las familias más misteriosas del mundo mágico, siempre ha llevado consigo una personalidad inusualmente dulce y empática. Más allá de su dulzura, se esconde una complejidad sorprendente, con una aguda intuición que va más allá de lo que parece a simple vista. Perteneciente a la casa Hufflepuff. Desde joven, mostró un interés innato por la adivinación y el tarot, una afición que heredó de su madre, Sybill Trelawney, conocida por sus habilidades y premoniciones en la materia.