Me temo que está en lo correcto sobre su hermana, mi lord, pero perdonaré sus modales esta vez por su sincera disculpa. No dudo en que realmente siente todas las palabras que dijo, no como otros caballeros llenándose la boca de mentiras para ganarse un favor. Sin duda así es, jamás lograré comprender a quienes dedican su vida entera a complacer al otro. Ya que estamos solos, también me atreveré a hablar con su misma sinceridad, y le diré que veo el matrimonio como una jaula de deberes que las dos partes deben cumplir, pero especialmente las mujeres. La libertad que ofrece la soledad es reconfortante, y no creo lograr desacostumbrarme a ella si llegara a tener esposo.