/ Riddle estaba de pie con los brazos cruzados sobre su pecho , iba y venía entre las filas de los pupitres de sus estudiantes, observando con detenimiento a cada alumno, no es que irían hacer trampa , pero le encantaba poder ver los rostros de sus alumnos llenos de desconcierto y temor ante las preguntas del examen escrito.
Cuando Myrtle la llorona entró alarmada al aula y sin pedir permiso, Riddle estuvo apunto de reprenderla y amenazarla por haber interrumpido de esa manera, pero así como había llegado con tanta celeridad y soltado sus palabras , Riddle se puso de pie con la misma velocidad que el fantasma de Myrtle y salió en busca de su hija. No sin antes dar por terminado el examen y hacer que todos los pergaminos desaparecieran de las manos de los estudiantes.
Entró sin pedir permiso a nadie , ni siquiera se tomó la molestia de golpear la puerta por mera cortesía. Frunció su ceño al ver el rastro de sangre que conducía a uno de los cubículos. su piel pálida que siempre solía ser inexpresiva y fría, se puso más blanca de lo normal y sus labios se apretaron en una línea fina y delgada haciendo saltar algunos de sus músculos.
Abrió el cubículo y observó pasmado la escena de su hija: desnuda , vulnerable y herida.