𝕮.

Siempre dicen que las traumadas son las más lindas, ¿Eh?, Digo lo mismo de ti, admito que cuando estoy libre disfruto leer sobre los demás aquí, estuvo interesante leer lo que encontré sobre ti.

¡Espero lo mismo!, también debo decir que tienes un estilo muy lindo, me gusta.

Cuando se fue de su casa, motivada por noticias que había leído, comenzó a "trabajar" como viuda negra. Conocía hombres, generalmente mayores, los seducía, mostraba un poco de piel y se aseguraba la entrada a sus hogares ¿Por qué un hombre no querría dejar pasar una chica joven, delicada y vulnerable? Porque nunca sospecharían que podrían estar en peligro, no tienen esas precauciones. Ya avanzada la noche los drogaba y les robaba, la mayor parte del tiempo los mataba, pero si estaba de buen humor disminuía la dosis.
            
            Una noche como cualquiera se le presentó un hombre, a ella le gustó, era un blanco como cualquier otro. Pero se llevó la sorpresa de que este venía con una propuesta, una invitación, para ser participe de una academia para jovenes criminales. Circe no dudó en aceptar, quizás lo vió como un escape, quizás para buscar más victimas. Cualquiera haya sido la razón, no cabe duda de que sería memorable.

Circe creció en un hogar turbulento, el dinero nunca abundaba y su madre se mataba trabajando. Su padre era camionero, y siempre fue cuestión de disputa que pasaba con su sueldo. Un día, por suerte y por desgracia, este reveló que tenía otra familia. Ahí fue la primera vez que Circe atentó contra la vida de alguien. Esa misma noche, mientras todos dormían, vertió dentro del vaso que su padre tenía en el velador veneno para ratas, completamente apoderada por el odio y el resentimiento. A la mañana siguiente su padre despertó y volvió a acostarse, pero esta vez para siempre.
            
            Tres años después, a los quince, hecha una furía arremetió contra sus amigas. Resulta que una de estás había estado viendose con su novio, y la otra complice, la había ayudado. Entonces una tarde en la que las dos vendrían a tomar un café a su casa les cocinó galletas, con una toque especial; un poquito de insecticida, lo suficiente como para matar a un chancho. Y así murieron, el caso se hizo conocido pero salió absuelta, argumentando que su madre trabajaba como jardinera y que as galletas debieron haberse contaminado o que los ingredientes se podrían haber mezclado. El pueblo ya no la quería, por lo que se mudaron a una ciudad más grande.