SoyAlexeiVatkins
Había sido una mañana como cualquier otra. El ruso había decidido pasar el día en la sala de entretenimiento, que de entretenimiento no tenía nada. Era una habitación fría, con paredes blancas al igual que la mayoría de sus muebles, donde el olor a desinfectante hacía doler sus fosas nasales y lo único que pintaba un poco de color era una ventana que daba a un pequeño estanque al lado del hospital, un paisaje que podría llegar a ser lindo si no fuera por las rejas que retenían a cualquier loco que quisiera escaparse del hospital.
Miraba la televisión. Uno de los pocos canales que había justo estaba dando una ridícula caricatura que era lo único entretenido que había en ese momento. Había pasado casi dos meses ahí, según el calendario que tenía en su habitación preocupantemente limpia. Una de las razones por las que estaba ahí era su obsesión con el orden. Era por eso que siempre se veía extrañamente limpio. Uñas cortas, cabello lo suficientemente largo y lo suficientemente corto, piel limpia y uniforme sin una mancha, a diferencia de otros pacientes, que parecían recién salidos de una pelea con sepa Dios que animal.
SoyAlexeiVatkins
Su paz fue perturbada por unos gritos. Agudos y molestos. Venían de la entrada del hospital, al parecer. Al principio no le dió importancia, hasta que se volvieron progresivamente peor. Sabía que habría llegado alguna chica escandalosa, que tal vez sería un problema para su plan de escape.
Se levantó del sofá y caminó hacia un rincón donde asomó su cabeza para ver quien haría tal escándalo.
Era una chica rubia que de estremecía en los brazos de los enfermeros como si tener sus manos encima la quemaran. El trabajo de cargarla no era difícil, se veía su delgadez a simple vista. Él alzó una ceja, mirando de arriba a abajo la escena.
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