Buenos días, princesa. ¿Cómo va transcurriendo tu mañana hasta ahora? ¿Y tu noche qué tal estuvo? ¿Soñaste bien? Espero que tales deseos hayan sido realistas a tu madrugada, que en verdad hayas soñado espléndidamente y eso te provocara, por la mañana, estar eufórica. Ya que en definitiva te mereces buenos motivos para, aún sea temprano, mostrar la belleza con la que tu sonrisa me enloquece. Recuerda que te amo.