𓈒 𓄹⠀ ℭ𝔯𝔞𝔦𝔫 ︐੭ֶ

Esos no son retos de verdad. Puras ñoñerías nos tocó. 

Ya sabe lo que dicen, la manzana no cae tal lejos del árbol. No sigo del todo su camino, pero a veces uno vuelve a sus raíces y cae. Aunque no soy partidaria del peligro, como bien dice, es emocionante la incertidumbre, la emoción de que vendrá y qué tal lejos puedes jugar con él. Pero más emocionante es cuando estás en el punto de ebullición, cuando la sangre corre por la adrenalina, la respiración se acelera y antes de caer das un paso atrás. Me gusta el juego del gato y el ratón, porque aunque sepas cual eres, el tablero siempre da un giro, y quien una vez fue presa ahora es cazador. Pero míreme bien, ¿cuál mascara cree que llevo? ¿Cuál es mi verdadera intención? ¿Cómo el saber que mi desnudes es verdadera? Es un juego interesante, del cual la partida a empezado mucho antes. 

Provengo de una familia a la cual el peligro le genera placer. Subir a una montaña rusa diferente a la cual no estoy acostumbrada sería igual de divertido, y quien sabe, a lo mejor quien debe de prepararse no debería de ser yo. A veces, no sabemos cuál demente está al lado nuestro. Así que, señor exorcista, déjeme ver su otra máscara.

Si. 

# me reí re feo, sorry): igual no pasa nada, también me suele pasar. 

/dejó de tirarle agua y guardó la pistola. Tuve que traer una real, ¿ eh ? es una pistola, no me puedo mojar yo. /se encoge leve de hombros.  Ah, perdón, me pasé un poquito. No, ¿ por qué querría una foto tuya ? Eres feo. 

¡ Claro que no !  /hizo una mueca de disgusto y empezó a dispararle agua en la cara. Ni creas que aceptaré una foto tuya, ser asqueroso, agradece que sólo sea agua  

Algunos no necesitamos ayuda de otras manos y yo soy uno de ellos. Si existen pero son difíciles de encontrar, como una aguja en un pajar, creo haber escuchado que hay una mujer bastante buena y un demonio algo raro que es bueno pero ese si lo dudo, después de todo es un demonio, ¿ no ? Ahora no sé cómo explicar la parte que puede agarrar las cruces como si nada. Creo que todos somos el malo de nuestra propia historia.  Una vez estuve ahí y me aburrió mucho, era como el infierno pero más tranquilo. 

@SoyKeokiN 
            
            Presuponía que alguien como tú ya tenía a alguien que se preocupara por tus necesidades terrenales. Ah, espera, me olvidaba que hasta los demonios tienen malas rachas. ¿Que busque yo, dices? ¿A los buenitos? ¿Estás de coña? ¿De verdad existen? Porque de ser así, me siento como el malito de la historia y siempre he preferido quedarme en el término ambiguo. Y en cuanto a tu cabeza, con lo que estás diciendo, algo me dice que ya la perdiste hace rato, de una forma mucho menos violenta, pero cuya cura te lleva directo al asilo.

¿¡ Qué !? Nooo, son muy importantes para mi, ¿ como me daré placer después ?  /se encoge de hombros. Bueno, es que no pensé antes. . .¿ y si mejor buscas tú ? ¡ oh ! Ya sé, busca a los buenitos, esos son tan inocentes que no se darán cuenta de que los vas a llevar a un lugar lleno de pecadores. No quiero perder la cabeza de esa forma, gracias. . .

/se queda un momento en silencio, mirando el humo verde que se disipa en el aire, como si pensara en cada palabra que él dijo. Luego, su mirada se posa en él con una calma inquietante, casi como si hubiera descifrado algo más profundo en la conversación—. Supongo que eso de que todo tiene un precio no es tan diferente de lo que digo, solo que el mío no se paga con lo que parece evidente, ni con lo que todos esperan. Quizá eso sea lo que te confunde. Pero, claro, si todo es un trato, también hay algo que te pertenece ahora, ¿no? Porque no se puede dar sin que algo se quede, ni siquiera en este juego de palabras. —con una mirada más afilada, como si hubiera detectado el leve cambio en la atmósfera entre ellos, sus labios se curvan en una sonrisa sutil, sin prisa por pronunciar más—. Pero sí, te concedo esto. La planta está a salvo. Quizá no haya un precio claro, pero ya veremos qué ocurre. Quizás aprendas algo de “Livia Junior”, o quizás te termines acostumbrando a cómo funciona este mundo en el que el precio nunca es tan evidente. —se reclina suavemente, sin desviar la mirada de él—. Y por cierto… “brujita” tiene un toque de cariño, ¿sabes? Quizá me empiece a gustar.

/con una sonrisa juguetona, se encoge de hombros con un gesto tan natural que parece que ha estado haciendo ese mismo movimiento durante siglos. Luego, su voz toma un matiz suave, como si le estuviera confiando algo personal, algo que solo él podría escuchar—. Si alguna vez alguien te da algo sin esperar nada, ¿crees que es porque no sabe lo que hace? No todo es tan simple, querido. Algunas veces se da sin darse cuenta, y otras, se da porque se sabe que no hay nada que esperar a cambio. Y no, no hablo de demonios pidiendo perdón, aunque eso también sería algo divertido de ver. —el apodo final no le llega como un desafío, sino como algo que tiene más que ver con una familiaridad inesperada. Una especie de ternura que se coló sin previo aviso, como si ese “brujita” fuera algo más que un nombre. Algo que, por un instante, parecía más cercano de lo que él esperaba. O tal vez sólo era ella quien se lo imaginaba. Sonríe, pero no es una sonrisa común. Es algo entre diversión y comprensión, como si hubiera encontrado una pieza más en el rompecabezas que era Crain. Sus ojos brillan con un dejo de diversión, pero también con una seriedad que no pasa desapercibida. No parece querer rehuir el apodo, al contrario, parece saborear cada sílaba como si fuera una caricia ligera—. “Brujita”… —repite, como si el apodo estuviera tomando vida propia en sus labios—. No sé si es un halago o un recordatorio de que aún te falta mucho por aprender, pero es curioso, ¿no? Qué fácil te resultó darme ese apodo. (+)

/se acerca un poco más a la mesa, con esa fluidez que parece propia de alguien en completa calma, el movimiento tan natural que no es más que una extensión de su ser. Su mano toca la maceta nuevamente, esta vez de manera más deliberada, mientras su voz sigue serena, pero no exenta de una cierta dulzura que se cuela entre sus palabras—. Creo que no es tan difícil de creer. Las cosas no siempre se dan por un precio. O al menos no siempre el precio es evidente. Quizá en tu mundo sí lo sea, pero eso no hace que todo sea igual. A veces, simplemente sucede. —sus ojos se alzan hacia él, mirándolo con una curiosidad suave, como si estuviera buscando algo en su expresión, algo que quizás no se muestre a simple vista. Hay un juego sutil en el aire, como si ella misma estuviera desentrañando algo más allá de las palabras—. Y si crees que “bueno, habrá otras” es una treta, tal vez no has entendido bien. Algunas cosas simplemente no tienen importancia. Las plantas, ejemplo. ¿Te imaginas perder el tiempo esperando que una planta haga algo grandioso solo para recibir algo a cambio? Eso sería absurdo. Crecen y se marchitan, el tiempo y el cuidado que le das tienen el valor, aún muertas, siguen siendo beneficiosas. (+)