ㅤDraco.

Klaus sacó un pequeña bolsa de plástico que contenía un polvo blanco, él se colocó un poco de ese polvo en uno de sus dedos y se lo llevó hasta la nariz, aspiró el polvo por una de sus fosas nasales. Tras esa acción, un pequeño grito de euforia salió de los labios del castaño involuntariamente. Había un pequeño rastro de la droga en su fosa nasal. Un escalofrío placentero recorrió su espalda, era como el mejor éxtasis que hubiera experimentando.
            
            ── Dime, niño bonito, ¿Estarías dispuesto a hacerlo a escondidas en un lugar público? ── susurró contra los labios ajenos y una de sus piernas se movió para ponerse entre las piernas del chico. Sus ojos demostraban lujuria y se mordió el labio en la espera de alguna respuesta de Draco.

Los labios de Klaus se curvaron al ver la marca que sus dientes habían dejado en el cuello ajeno. Conocía demasiado bien a su novio como para saber que su errática actitud lo estaba llevando al límite. Casi podía oler el miedo en el cuerpo ajeno y eso lo llegó a excitar, se acercó para aspirar el sudor de la piel ajena. Ese almizcle debido al miedo, le hizo sentir mejor que cualquier droga que pudiera consumir.
            
            Klaus sabía que manipular a su novio era súper fácil, como quitarle un caramelo a un niño pequeño y sin embargo, él no podía evitar quererlo solo para él. Quería llegar al extremo en el que Draco solo dependiera de él y no le importase más que él.
            
            ── No debería asustarte, estoy perfectamente. Sigo siendo yo, tu querido novio al que quieres mucho. ── habló con una voz suave aunque él seguía extasiado, era un contraste.
            
            Sus dedos agarraron con delicadeza la muñeca ajena y con una suavidad de pluma, Klaus arrastró a su novio hasta una pared cerca aprisionándolo contra la pared. Su cuerpo desprendía calor indicando que debido a la intensidad del momento. Una de sus manos se apoyó a un lado de Draco para que no pudiera moverse mientras su otra mano exploraba la piel bajo la camiseta de su novio.
            
            ── ¿Sabes? Nunca tengo suficiente de ti, pequeño. ── murmuró sobre los labios ajenos con una voz algo grave. Su mano dejó el abdomen para tomar la barbilla de Draco y alzarla un poco para demostrar su dominio y la sumisión del Malfoy. Sus labios se unieron a los aje	nos en un beso con una gran intensidad, su lengua rozó suavemente el labio inferior y cuando tuvo acceso, su lengua exploró la boca ajena. Su mano volvió a acariciar el abdomen de su novio. ── Te haré temblar de placer y me rogarás más. ──

── Estoy perfectamente. Y seguiremos juntos, eres mío, Malfoy. Me perteneces. ── sus palabras sonaban honestas y sus ojos miraron a los orbes plateados. ── Me suicidaría, si algún día me dejaras solo. ── 
            
            Draco sacó el paquete de grageas de todos los sabores, abrió la bolsa y tomó un puñado. Él metió el puñado de las grageas en la boca de su novio prácticamente obligándolo a comerse las golosinas. 
            
            ── Así me gusta porque yo soy tuyo y tú eres mío, mío para cuidar y proteger de los demás porque quieren solamente hacerte daño. ── susurró contra los labios del chico antes de que sus manos apretaran las caderas de Draco para acercarlo hacia sí mismo.