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Buenos días, encantadora dama. ¿Cómo va marchando tu día? Espero que hayas amanecido con mucha energía, y que por favor puedas regalarme una de esas sonrisas que tanto me gusta. Siempre he dicho que uno de las cosas más llamativas de una mujer es su sonrisa; y contigo me queda más que claro. En realidad no tengo mucho que contarte, todo mi tiempo se lo dedico a mi trabajo, aunque como ya te lo había mencionado, asisto a clases de Noruego. Para mí sería un completo gusto tenerte como Maestra, pero he de recalcar que no sé si podría poner suficiente atención, debido a que preferiría ver tu celestial rostro. Te confieso que siempre que estoy ausente eres en lo primero y en lo último que pienso. Y por cierto, nunca olvides lo mucho que te quiero. 

Muy buenas tardes, Dymphnå. Primeramente quisiera saber qué tal te fue en tu examen de cálculo. Eres una mujer inteligente, y estoy seguro que sacaste una buena nota. Sinceramente espero que ésta noche puedas descansar por lo menos un poco, y sino puedes dormir; me gustaría poder llamarte, deseo oír tu voz.  
          Por mi parte, no me fue tan bien, pero quiero omitir cada detalle, en realidad no pretendo preocuparte. Mi día se ha basado en el trabajo, inclusive ésta mañana tuve mi tercera clase; estoy aprendiendo a hablar noruego, gracias a una vakker kvinne que dice que soy su forbudt kjærlighet. Quisiera saber por qué esa jóven me llama como tal. En fin, anhelo que estés teniendo un hermoso día, así como lo es tu sonrisa. Te quiero más, no lo olvides.

He de admitir que tu presencia acaba de alegrar mi día, Dymphnå. Sé que ha pasado tanto tiempo desde la última vez que nos vimos, pero... ¿Sabés? En ningún momento dejé de pensar en tí. Creo que me salí mucho del tema, vine a desearte una buena estadía, y espero que sea cómo tal. Realmente anhelo volver a conversar contigo. Espero tengas una bonita noche.