OYE POR CIERTO. ¿te gustan los regalos?, o sea, de que alguien venga y te diga ¡SORPRESA TE COMPRÉ ALGO! ya sabes.

en fin, disculpa la tardanza, tuve un día muuuuuy de locos. ¡te lo puedo contar si es que gustas escucharme parlotear! ¿tú cómo estás, bonita?, ¿has estado esparciendo la esperanza de la navidad?

¿puedo decirte así? no quisiera incomodarte con los apodos que de pronto pongo.

Eirwyn Noëlle nació en un invierno en el que la Navidad comenzó a apagarse porque la gente dejó de esperar. Una noche, una niña encendió una vela y decidió creer. De esa espera nació Eirwyn, el espíritu joven de la Navidad.
            
            Cada invierno recorre el mundo encendiendo luces olvidadas y cuidando recuerdos. Su magia no crea alegría; la protege. Cuando la Navidad es olvidada, ella se debilita.
            Durante el invierno puede tomar forma humana y caminar entre las personas para comprenderlas. En una de esas noches conoció a un joven que no temía al frío ni a la soledad. En su calma y sencillez, Eirwyn se enamoró por primera vez.
            Nunca le reveló quién era. Cuando el invierno terminó, se marchó, llevando consigo ese amor imposible.
            
            Eirwyn regresa cada año, no para buscarlo, sino porque amar se volvió parte de su existencia. Mientras alguien encienda una luz y espere un poco más, ella seguirá existiendo.