Bueno, sabes que siempre serás uno de mis príncipes, me es inevitable el no llamarte por ese apodo a pesar de saber que odias que te llamen así, pero también me gusta saber que por mí dejaras que te llame de esa manera. Ahora lo que yo odio es que tengas control sobre mí, ¿por qué tengo que hacerte caso en todo lo que me pides? No puedo evitarlo así que, en cualquier día que menos te lo imagines, ahí estaré y te lo diré más de cerca, tal vez hoy y ahora, tal vez no, nadie sabe. No pensé que eras tan lento, ¿quieres aprovechar ese tipo de situación al máximo, verdad?