Sarge.

Gracias por tener consideración con mi pobre corazón, mi pequeña sargenta. ¿Qué haría ese pequeño infeliz además de hacerle un drama a Evan? De igual forma, mejor dejemos el comentario entre nosotros porque no quiero escuchar sus lloriqueos. ¿Mi hermano tomando anotaciones? Vaya, realmente te ama, pequeña. Pero me alegra que ambos te acompañaran, ¿notaste algo interesante? Anda, cuéntame de todo lo que viste. ¿Nueve en punto? ¿Puedes subirle una hora para quedar a las ocho? Sólo una hora más y nos haremos el tiempo de ver esas películas de detective. ¿Viste esa nueva que salió? No recuerdo con exactitud su nombre, pero sé que te enamorarás de ella. ¡Esa es mi chica! Veremos el término de temporada con la gorra que te regalé de nuestra escudería. Tenemos un trato, señorita sargenta.

¡Lo sé, lo sé! Disculpa, Fay. En mi defensa, tuve unas cosas de las que ocuparme, y fue una tortura porque sabes lo mucho que odio despertarme tan innecesariamente temprano. ¿Te lo puedo recompensar? Podemos tomar ese café en la tarde y cambiar nuestra tradición por un día. Porque no sé tú, pero yo necesito uno ahora.

Hola, mi pequeña sargenta. Tan rápido en cuanto noté tu presencia, mi humor mejoró; me estás haciendo tomar la costumbre de extrañarte aún estando en la misma casa. Me encuentro más que encantado con el hecho de que no tengas el nivel de estupidez que tu tío Barty tanto como el que ames investigar, pero asegúrate de darte un descanso para tu padre, ¿quieres? Echo de menos el rostro de mi pequeña curiosa.

MI BEBÉ. Bienvenida, princesita. ¿Porqué tu hermana tiene que ser tan mala influencia, eh? Ha hecho que crezcas muy rápido y no estoy lista para quedarme a solas con el anciano de tu padre. Sálvame, ¿quieres? 

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