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Lo es, Frank; será trabajo más duro, pero al fin y al cabo, sigue siendo trabajo y seguiré igual de cansada. Además, ¿no crees que es un combo? Estoy empezando a tener una mejor figura y ya recibí varias invitaciones a citas, capaz dentro de poco aparezca de la mano con alguien. Estoy bastante segura de que puedo hacerme valer por mí misma y no necesito que me ayudes, hombre al que le deben favores. Lo sé: por eso mismo voy a venderte. Eres más inquieto que un maldito gato, así que espero que dejes tu mano inmóvil todo el tiempo posible. Hasta te ataré a la cama si es necesario.

Es lo mismo, Frank. Trabajaré a medio tiempo en otro trabajo, pero me darán las mismas horas que en el club. Mis piernas tiemblan cada vez que camino y ni siquiera sé cómo es que sigo parada, pero me animo pensando en la buena paga. Muchas cosas pasan por mi cabeza, pero soy una pequeña caja de Pandora, por lo que no te diré nada. Joder, Francis. ¿Necesitas que te vaya a cuidar? Voy a vendarte la mano como antes así la dejas inmovilizada.

Aleluya, ya era hora. Del asco, no voy a mentir. Debo trabajar todas las noches y vuelvo con un dolor de cuerpo en la mañana que ni te digo. Querían expandir mis horarios y aumentar la paga, no me veo manera de sobrevivir tanto tiempo bailando en el maldito caño. ¿Y tú? ¿Acaso te estuviste tirando a una camarera todos estos días y por eso desapareciste? ¿O estuviste en una misión y volviste con una extremidad menos?

Buenas noches, Castle.

Muere, animal. Muere.

No lo solicité; dije que si venía, tú, en consecuencia, deberías aparecer. No me trates de niña con déficit de memoria, Castle, que sé bastante bien lo que digo. Estuve bien, aunque me duele el cuerpo por bailar mucho estos dos días y abrirme de piernas más de lo que pensé. ¿Tú, cabrón insoportable? ¿Por qué lloraría por ti? No seas ridículo. 

Dios mío, ni cinco minutos y ya te crees que ando necesitada de ti. Bájate los humos, hazme el favor. ¡Tampoco estaba lloriqueando! Agh, olvídalo. Eres un dolor de culo.

Ok, pero tengo que ir a visitarla una vez a la semana, solo para ver bajo que clase de condiciones vive y ver si está haciendo lo que me cuenta. Ruego a Dios que te salve, esa mujer te va a meter las plantas hasta en la maldita sopa, dile adiós a la carne. Por cierto, yo no andaba enterada de todo eso, ¿Blair? ¿Bailando? Ni siquiera sabía que sabía mover su cadera. Bueno, cumplió la parte de buscar trabajo pero no pensaba que sería así... Aquí entre nosotros, Frank. ¿Qué opinas de ese trabajucho?

¿Regresaste bien a casa? ¿Sin golpes? Espero que así haya sido. Cánsate, porque es tarde y deberías estar durmiendo.

Mucho taka taka, vuelvo a repetirlo.

Mañana vamos a la carga de nuevo, que no se preocupe. En mi defensa, ¿quién está de buen humor y no frunce el ceño cuando no duerme bien? No te hagas porque tú haces exactamente lo mismo cuando te caes del sueño. Aún sigo buscando opciones, pero encontré uno de bailarina… de caño.