Louve.

No necesito compartirte nada porque parece que ya lo sabes todo. Además, ¿qué te he dicho sobre usar maleficios sobre los demás para obtener lo que quieres, Fred Weasley? Te estás volviendo cada vez más despiadado. Lo mismo va para George, que creí era un poquito más sensato que tú. Lament, Lament… ¡ah, Lament! Los rumores son ciertos, si es lo que tanto te preocupaba. Estaba por el área y cuando le vi tan lastimado no pude evitar ayudar; ya lo sabes, mi alma samaritana no me permitiría dejar a alguien así, incluso si es de Slytherin. ¡No te quejes, calabaza! Si tú mismo requieres también de mis servicios cuando torpemente te atraviesas en el camino de la Bludger. Y no te confundas, mis habilidades de enfermera son y siempre han sido muy buenas, eh. Tú sabes que también te he echado de menos durante las horas que estuvimos separados. Dato curioso: pensar en ti me ha mantenido respirando.

A veces te detesto, pero asumo que eso ya lo sabías. Soy un ángel, una con un aura muy bonita y muy blanca que denota la pureza de mi alma. ¿Sabes? Quizá para esta noche de Halloween que viene tú podrías disfrazarte de mi contraparte: un demonio; seguro que te quedan muy bien los cuernos y el tridente rojo mientras yo luzco mis alas y mi aureola celestial. Yo nunca te voy a admitir nada, Weasley, en especial porque no existe cosa que deba confesar. Aunque… bien, si dejas de mirarles estaría todo bien, si. Buena decisión, veo que por fin se te está aclarando la mente. ¡Fred Weasley! A ver… sabes a lo que me refería con eso. Los glaciares del mundo se van a derretir, la zanahoria parlanchina admitió sentirse celosa. ¡Puaj! Las serpientes son muy atractivas, en especial cuando te hacen ojitos, te dan ganas de comerles la boca a besos. ¿Qué estás insinuando, eh? ¿Tendré que llevar a alguien a la enfermería después del almuerzo? Deja de querer meterte en peleas estúpidas. Solo bromeo, tienes toda mi atención.

¿No tienes rostro de ingenuo? ¡Es que me parecía! Si es que mi rostro se torna en una mueca y mis miradas son malignas, es porque aquellas tienen la culpa, normalmente solo podrían compararme con un ángel. Verás, noto las intenciones y no me gustan para nada, así que mi rostro no puede ocultar lo que en mi mente pienso. Apenas las miras, pero las miras, así que aquello no cuenta como una diferencia, Fred. ¿Pardon? ¡No me la pasé observándolo todo el día! A menos de que sientas envidia, o celos, de que otro hombre esté recibiendo mis atenciones. Pues yo tampoco tengo que soportar nada, Weasley, así que aquí ambos tendremos un gran problema. ¿Sabes qué? Quizá me gusten las serpientes desde hoy, después de todo no se conocen los efectos de un veneno hasta que lo pruebas, ¿no? Y he oído que ese Slytherin es en especial muy venenoso. Pffft, vale, vale, león ingenioso. Ya veremos si es que esa planificación sorprendente que tienes en mente es suficiente como para que consigas que te devuelva algo de alguna manera.

Ajá, vale, haz lo que se te venga en gana entonces. ¿Qué faceta? Ningunos celos obsesivos han sido evidenciados por mi parte, empiezas a alucinar de tanto deporte que practicas. Mucho menos soy tu mascota, creo que existe una clara diferencia entre ese tipo de chicas y yo, por ejemplo, que me guardo mi saliva para mi misma. ¿Eh? Me parece que ahora mismo eres tú quien se podría ganar el galardón al celoso enfermizo. ¿Cómo sabes tú eso, Fred Weasley? En este caso, el aplicar tu misma lógica hará que te tragues un poco de tu propia medicina: mis ojos son míos, por lo que puedo observar a quien se me de la gana, incluso si es un 'imbécil de Slytherin'. Ahora que nos estamos entendiendo, si yo me tengo que tragar todas las tonterías que escucho sobre ti en nuestra mesa en el Gran Comedor, a ti no te vendría nada mal soportar unos cuantos intercambios de miradas o incluso pequeñas charlas con el chico serpiente, ¿verdad? Te lo dejaré a tu imaginación, rojo, si es que tienes ideas en mente hazlas relucir, después de todo es tu especialidad el sorprenderme, ¿no?

Ya sé que estás orgulloso de tu espalda por todo lo que trabajas en el Quidditch con Oliver por estos días cercanos a los juegos importantes y bla-bla-bla, pero, ¿es necesario que todos la vean? Si supieras cuantas chicas han babeado por ti solo esta mañana estarías saltando en un solo pie, ¿verdad? Porque eso es lo que te gusta, llamar la atención de todas y traerlas como tus mascotas. Cúbrete un poco, ¿quieres? Estoy harta de escuchar murmullos en el Gran Comedor sobre lo bueno que te has puesto este año; no necesito detalles sobre cómo amarían tenerte hasta las entrañas o dejar que les arruines la pelvis. Puaj, de solo pensarlo me dan escalofríos, que arduo es el trabajo de una persona como yo. Si tan solo me pagaran por oír tanta tontería.