/ observar atentamente, meciendo la cabeza
mientras lo hacía, entrecerrar los ojos al ver
el loto floreciendo, esbozando una ligera
sonrisa. No, quédate con ella, para eso la
he traído. / negar suave y detener su mano,
tomándola para volver a poner la flor en sus
manos. Sí, así será... pero crecen en el lodo,
así que hay que llevarlas a una laguna. / fijar
en su mirada y atraer del mentón con la yema
de su índice, dejando un beso más prolongado
en sus labios.