Gar... no sé ni por dónde empezar.
Lo que me acabas de decir me llegó mucho más de lo que imaginas. Y me cuesta responder, porque no soy de hablar así, no soy de decir lo que siento tan fácil. Pero contigo... siempre fue distinto.
Desde que te vi por primera vez, algo cambió en mí. No quise aceptarlo. Pensé que solo eras un chico con una energía imposible de ignorar. Siempre estás sonriendo, bromeando, dándolo todo por los demás. Pensé que solo te tenía aprecio... hasta que me di cuenta de que me importabas más de lo que debería.
Y sí, somos completamente distintos. Pero contigo nunca tuve miedo de mostrarme tal como soy. Incluso en mis peores días, cuando no quiero hablar, cuando soy insoportable o me encierro... tú estás ahí para hablar conmigo incluso te quedas cuando te ignoro. Y eso... vale más de lo que puedo explicar.
A mí también me gustas. Mucho. Desde esas charlas tontas, desde tus bromas que me hacen sonreír incluso cuando no quiero. Me enamoré de ti sin permiso, sin planearlo.
Tal vez no lo diga tan fácil como tú, pero te amo. A mi manera.
Y sí... quiero esto contigo.
Contigo, Gar. Solo contigo.
