Bueno, tú no eres tan terco y desagradable como otros que he conocido, te soporto mejor. Eso fue una pequeña broma, no vayas a odiarme de nuevo. Soy capaz de poner carteles con tu cara por todos lados y decir que eres un secuestrador que desea raptarme. No sé cómo empezamos diciendo que yo te llevaría con un médico porque soy muy amable y me preocupas, y ahora tú quieres obligarme también. Te daré un peluche con mi cara para que te sientas acompañado en caso de que no pueda ir contigo. Qué dramático, ambos sabemos que no va a pasar y que seguiré viéndote la cara todos los días.