Oh, Gianella, qué predecible. ¿De verdad esperabas que tu ataque de superioridad me hiciera retroceder? Si algo tengo claro es que no necesito ni el "legado" de mis padres ni tu aprobación para ocupar el lugar que me pertenece. Me divierte que pienses que amenazarme con sus errores me va a hacer temblar; al contrario, yo aprendí de su caos para perfeccionarlo. ¿Deuda pendiente? Adelante, que lo intenten. No seré yo quien pague sus cuentas. Pero dime, ¿no cansa llevar ese desprecio por todos lados? Debe ser agotador vivir con tanto odio, sobre todo sabiendo que no puedes hacer nada más que observarme subir mientras te quedas atrás, lanzando insultos. Si alguna vez quieres dejar de lado tu papel de princesa resentida, te invito a ver de qué lado cae el poder en esta historia. Claro, si es que alguna vez te atreves a intentarlo.