Gilbert, no creí que siguieras sintiéndote de esa forma hacia mi. Creo que me lo habías insinuado antes, ¿lo recuerdas? Yo te respondí que quería cumplir mis sueños primero, y eso he hecho. Pero aún así en ningún momento dejé de pensar en ti, creo que de lo único que me arrepiento es de haber negado mis sentimientos hacia ti esa vez. Supongo que tú ya te diste cuenta de lo que provocas en mi, tu sola presencia me deja sin aliento y eso provoca que me altere, ¡y de ahí provienen mis ganas de quebrarte pizarras en el rostro!