Laufeyson. Sabes, me alegra que me visitaras. No todos los días tengo un Dios de las travesuras en la sala, y no voy a mentir, me hace sentir... especial. Sólo tengo la duda, ¿viniste a robar algo más o simplemente traes la misión de destruir lo que se te cruce? Porque, déjame decirte, esta vez no podré detenerte de nuevo, estoy bastante ocupado siendo el genio millonario, filántropo y… ya sabes, el hombre que te deja en ridículo cada vez que te cruzas en su camino. En fin, ¡bienvenido! Te ves diferente. Te doy un punto, el traje verde con cuernos… amigo, ya había pasado de moda.