Sí, pero es disfrutable... dejando de
lado la paranoia y el miedo a que esa
tranquilidad se desvanezca, después
empiezas a disfrutarlo. ¡Lo entiendo!
y es que a veces yo también echo de
menos andar a las corridas, pero si
estás aburrido siempre puedo llevarte
a un casino clandestino, es divertido
apostar... y ganar, claramente. / asentir
sonriente. Y eso me alegra bastante.