SoyGetaMartel

ㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤGeta se endereza, mostrando una falsa sorpresa al ver al segundo mellizo. Sus ojos se entrecierran momentáneamente, como si le costara distinguir a los dos. Su tono es igual de ruidoso y descarado que antes. ⸺ ¡Por los Siete Infiernos! ¿Se multiplican? Príncipe Harald. Otro Velaryon. Es como si el Mar Angosto hubiera vomitado toda vuestra prole real en mi palacio. Esto requerirá el doble de vino... y el doble de vigilancia. ⸺Se acerca a Harald con la misma familiaridad forzada, sonriendo como un depredador. ⸺ Príncipe, bienvenido. Espero que vuestro hermano os haya contado ya mis consejos de anfitrión. Si no lo ha hecho, es probable que esté celoso de que disfrutéis de ellos antes que él. No os preocupéis, yo no guardo secretos. Soy el adalid de la honestidad brutal en esta corte hipócrita. ⸺ Geta lo toma del codo, atrayéndolo hacia él, la burla resonando en su voz. ⸺ Príncipe, bienvenido. Vuestro rostro se ve pálido. Debéis estar agotado por tener que fingir decoro y nobleza real. Dejad esa carga aquí, al sol de Dorne. Es hora de disfrutar de lo único que vale la pena en la vida: el placer honesto. ⸺Yo os recomiendo ir a los prostíbulos. Dejad que vuestro hermano se quede con los libros y el deber. Vos, en cambio, encontrad una de las muchachas del barrio de Arena. Las mujeres de Dorne son calientes en la cama. Un fuego que quemará el aburrimiento de vuestro linaje Targaryen. ⸺ Le da un fuerte golpe en el hombro, una palmada que pretende ser amigable, pero se siente como un desafío ⸺ Sed honesto con vuestros deseos, Príncipe. Os aseguro que vuestra madre no querría que su hijo fuera infeliz. Y si sois feliz, ¿quién puede criticar los métodos? Disfrutad de vuestra bienvenida. Y no os demoréis. Las mejores ya habrán sido elegidas por los nobles que sí saben cómo vivir.

SoyValBlackwood

¡harald!   ╱   sin pensarlo dos veces, sin la menor preocupación por la dignidad o la etiqueta, di un paso al frente y me arrojé a sus brazos, abrazándolo con una fuerza desesperada.    ╱  estoy tan, tan feliz de verte.      lo siento, es que... necesito esto.  necesito un amigo que solo sea harald.   ╱    me aparté un poco, pero mantuve las manos firmes en sus brazos, tratando de recomponer mi voz, aunque mis ojos estaban húmedos por la pena y el alivio.    ╱   la pérdida es... la pena es inmensa. lo sabes. extraño a mi esposo cada día, y a mi hijo... ╱    voz se quebró al mencionar al niño, y tuve que tragar aire para continuar.   ╱    mundo no tiene el mismo color. ybextraño a la familia dustin. ellos han perdido mucho. rezo por ellos a diario. pero déjame verte. 
          tu estás aquí, has venido. eso es un consuelo que no esperaba. ¿cómo estás tú, harald? ¿como te ha tratado el camino? cuéntamelo todo, por favor. no me hables de la guerra o los funerales. hablame de ti.

SoyMeriaMartell

— Meria se mantuvo erguida, un pilar de serenidad en medio del murmullo del salón. Su rostro pálido bajo el luto era una máscara de serenidad forjada bajo el sol de Dorne. Cuando Harald se acercó, sus ojos oscuros, aún hinchados por el llanto de horas antes, se elevaron para encontrarse con los de él. Escuchando sus palabras, tan medidas y distintas a las de otros, y por un instante, la rígida compostura que la sostenía parece encontrar un leve alivio – Lord Harald. Vuestras palabras tienen el peso de la verdad, no solo la forma de la cortesía, le agradezco...Mi madre siempre habló bien de su padre, un hombre honorable sin duda.

SoHalVelaryon

Hal caminaba lentamente por el jardín de naranjos y fuentes, su mente repasando la lista de deberes políticos que lo habían forzado a viajar al sur. La belleza del jardín le era indiferente, solo le irritaba el calor húmedo. Entonces, junto a una fuente de mármol pulido que reflejaba el sol dorniense, vio la figura. Era él mismo. O, al menos, la imagen espejo de él. Harald. Hal se detuvo en seco. Su mirada se endureció de inmediato, pasando del tedio a la aguda suspicacia. Este no era el plan. Su misión en Dorne era singular y privada. La presencia de su mellizo solo podía significar dos cosas interferencia o la creencia de que Hal era incompetente para manejar la tarea solo. Ambos pensamientos encendieron su frío temperamento.
          Hal avanzó hacia su hermano con pasos firmes, su expresión una máscara de valyrio cincelado e inmutable. ─── Parece que has encontrado la manera de complicar aún más lo que debería haber sido una tarea sencilla. ¿Qué haces aquí, Harald? ─── Su voz era baja y plana, carente de cualquier afecto o sorpresa, solo portadora de un juicio severo. No esperó una excusa; exigió una razón. ─── ¿Nuestra madre cree que necesito un cuidador, o simplemente pensaste que el clima de Dorne sería más apropiado para tu última escapada? Te advierto, si viniste para interferir con mi encargo, lo lamentarás. Habla con claridad, y rápido.
          

SoHalVelaryon

La furia de Hal, aunque contenida, era un incendio invisible. Su control se rompió por un instante. Cuando Harald permaneció de espaldas después de su advertencia, Hal cerró la distancia en dos zancadas.
            Su mano se disparó, no para un golpe, sino para agarrar el hombro de su mellizo con una fuerza sorprendente y dolorosa, obligándolo a girar y encarar a quemarropa. Hal no estaba suplicando atención; la estaba tomando. ─── Gírate. No tienes el privilegio de darme la espalda, no después de las excusas baratas que acabas de vomitar. ¿La Casa Velaryon? La Casa Velaryon me envió a mí. ─── Su aliento se mezcló con el de Harald. Sus ojos morados ardían con una intensidad helada, la antítesis del sol dorniense. ─── ¿Crees que no entiendo el mensaje oculto? Mamá envió una sombra porque teme que mi enfoque sea demasiado... Targaryen.─── La palabra era un arma. ───¿Pero tú? ¿Tú eres el comodín? No me vengas con deberes, Harald. Tu deber es mantenerme informado y mantenerte alejado de cualquier decisión crítica.───Apretó su agarre sobre el hombro de Harald.─── Si tu presencia es un factor ahora, entonces es mi arma, no mi compañero. Dime la verdad sobre tu encargo. Cada palabra. Y si descubro que has cruzado una sola línea de lealtad o has comprometido mi posición ante la Princesa Martell... te juro por el fuego de Balerion que el dolor que causé a la Reina será menor que el dolor que te causaré yo. ¿Entendido, hermano? ─── Su voz era apenas un susurro venenoso, la máxima manifestación de su fría y calculada amenaza.
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