¿Sabes que acabo de leer todo ese texto con una sonrisa en mí rostro? Y ahora no puedo dejar de hacerlo, no puedo dejar de sonreír como un bobo porque soy tu bobo. Cuando llegue al hospital y te pude ver de lejos, créeme que quede impactado con la belleza que tenías (tienes), y cuando me diste la bienvenida quede aún más cautivado con tu hermosa forma de ser y el amor que compartíamos hacía el café. Empezamos a pasar más tiempo juntos y ahí pude confirmar que me estaba enamorando de tí, te convertiste en una infección de la cuál no podía pensar en nada ni nadie que no fueras tú, porque no lograba dormir, comer y respirar sin pensar en tí, simplemente te metiste a mí cabeza. Y en verdad no puedo esperar para verte llegar al altar, para verte vestida de blanco y hacer toda una vida junto a tí. Eres mí persona, Harper, me conoces más de lo que yo me conozco a mí y aunque suene tonto puedo asegurar que eres mí alma gemela. Yo te amo, Harper, cada día, cada minuto, cada segundo te amo mucho más que hasta puede sonar irreal. Deseo poder besarte, abrazarte y repetirte todos los días que te amo, vivir juntos y poder amanecer a tu lado, tomar un café juntos mientras desayunamos, poder vivir cualquier escenario siempre y cuando sea junto a tí. Me vuelves loco, Harper, y nunca me cansaré de repetirlo, gracias por permitirme ser el hombre que te acompañe en tus buenos y malos momentos, el hombre que te apoye en absolutamente todo cómo tú lo haces conmigo. Gracias por todo, amor.