Lo observó con cierta sorpresa al encontrarlo nuevamente después de los acontecimientos pasados.
⋆.˚— Hefesto, mi hijo… Bienvenido, que el Olimpo te reciba como siempre debió hacerlo...
⋆.˚— Me encuentro muy bien, gracias por preguntar... ¿Que hay de tí...?
Observó el bastón a su lado y suspiró con algo de culpa.
⋆.˚— ¿Cómo... Cómo se encuentra tu pierna?